Un usuario del centro de mayores de Altabix denuncia en un escrito la situación de la residencia
Escrito por Redacción el 2022-02-07
Se llama Francisco Muñoz Santos, es presidente del Consejo de Usuarios de la Residencia de Mayores de Altabix, y en un escrito que ha remitido a la dirección del centro, a la Generalitat y ha hecho llegar a los medios de comunicación, narra en primera persona la situación que se vive en las instalaciones.
Muñoz cuenta inicialmente que “el pasado mes de diciembre de 2021 fui intervenido por un importante problema cardíaco. Me vi obligado a volver al hospital durante el mes de enero. El día de mi llegada a la residencia fue el día 27 de enero por la tarde. A mi llegada llaman al enfermero que es un chico joven nuevo que no conozco, también el director y la doctora, intercambiamos unas palabras de cómo me encontraba y dándome la bienvenida”.
Seguidamente “me pasan a la habitación 027 del ala B. Se ponen las chicas a prepararme la cama y resulta que los mandos de la cama no funcionan bien y yo necesito los pies un poco levantados. Se ha denunciado en muchas ocasiones que hay camas articuladas que no funcionan. Como he traído del hospital la documentación duplicada, quería hablar con el enfermero para explicarle todo. He tocado los timbres varias veces y no ha venido nadie”.
Como asegura, le toca “llamar por teléfono a recepción y preguntarle si no había escuchado los timbres, me dice que no. Probamos otra vez y me dice que no suena, le digo que cuando pueda hablar con el enfermero le diga, que cuando tenga un rato libre, venga a verme. Viene el enfermero y solucionamos la documentación del hospital. Yo tengo un móvil propio pero en las habitaciones no hay teléfono de ningún tipo, y somos muy pocos los que tenemos móvil y sabemos usarlo. Que no funcionen los timbres adecuadamente es muy grave para la salud y bienestar de los residentes.
El día 28 de enero “a media mañana llamo por teléfono a recepción y le digo que quiero hablar con el director. Me dice que cuando esté libre el director vendría a verme. Viene el director y me dice ¿qué pasa Paco? Le digo: “El mando de la cama no funciona, no puedo subir los pies en alto, los timbres no funcionan (tuve que llamar por teléfono), la calefacción no funciona, y la ventana no tiene cortina (desde que vino la UME en enero de 2020 hay cortinas que no se han vuelto a colgar y eso atenta a la intimidad de los residentes según establece la normativa)”.
Como explica en el escrito “me dice: “La cama no hay problema, que te cambien a la otra cama y el problema solucionado. La calefacción me dice que no hay orden de apagarla durante todo el día“. Y le digo: “Ahora está encendida pero ayer tarde y toda la noche ha estado apagada” Y le digo además: “Ya lo sabes, ahora tú da las órdenes oportunas para que lo arreglen todo”. Llega el mediodía y nadie ha venido a prepararme la otra cama. Se lo digo a una chica, y me dice que lo sabe pero que nadie le ha dicho que lo haga. Pero que no me preocupe que van a preguntar el protocolo”.
“Al rato”, como indica, “vienen, desmontan la cama y la preparan. En esta cama sí que funcionan bien los mandos.
El 30 de enero, “los desayunos vienen un poco tarde y frios igual que las comidas. Pero es que además, hoy eran las 3 de la tarde y no me habían traído la comida. Escucho hablar en la puerta salgo y le digo: “ Inés, cuando vais a repartir la comida? Me dice: ¿es que no te han traído la comida? Le digo “aquí no han traído nada y son las 3 de la tarde”. Se marcha y al rato viene otro auxiliar a llevarse la bandeja de la comida. Le digo: ¿cómo vas a llevarte las bandejas si no me habéis traído la comida? Le digo: ¡ vaya descontrol que lleváis! Me dice: Hemos repartido todas las bandejas que nos ha enviado la cocina. Le digo: Si la cocina se ha equivocado, nadie se ha dado cuenta. Ya son pasadas las 3 de la tarde, me como la comida fría y yo mosqueado, porque si no reclamo la comida me quedo sin comer”.
Sobre las 6 de la tarde “me viene un auxiliar y me dice: “ Paco aquí tienes la medicación de la noche” Le digo: ¿ estás segura que esa medicación es para mí? Me dice: “Si” . Le contesto: “Si esa medicación es para mí, hay un problema, porqué yo desde que salí del hospital no llevo medicación por la noche, por lo tanto esa medicación no es mía”.Me dice: ¿Tú no eres Paco Carreño? Le contesto: “ No, yo soy Paco Muñoz” . Sale de la habitación y vuelve a entrar y dice: “ Lo siento, me he equivocado, el fallo ha sido mío.”
El 1 de febrero por la mañana “no hay calefacción. Viene el director a visitarme y me pregunta cómo estoy. Le contesto que voy mejorando poco a poco. Me dice que tengo que estar relajado y tranquilo. Le contesto: ¡Cómo quieres que esté relajado y tranquilo! La calefacción no funciona y hace frio, los timbres desde que vine están sin arreglar. Las comidas a veces llegan tarde y frias, y me cuesta mucho poder comerlas. Le digo: “El otro día eran las 3 de la tarde, me di cuenta porque estaba viendo las noticias. Salgo al pasillo y veo a Inés, la auxiliar. Me dice ¿qué pasa Paco? Le digo: “Son ya más de las 3 y no me han traído la comida. Me dice: “No me digas que todavía no te han traído la comida” Le digo al director: “ Si no te lo crees, llámala y que te lo diga ella. Por lo tanto esa relajación y tranquilidad que tengo que tener dime tú cómo la puedo tener en estas circunstancias”. Ese mismo día 1 de febrero viene un auxiliar y me deja la comida. Me dice: Aquí tienes la comida. Le digo: Falta el postre. Me dice: “No hay postres. Se han terminado”. Le digo: ¡Cómo que se han terminado! Me dice: Voy a ver qué encuentro por ahí. Al rato viene con un vaso que no sé si es arroz con leche o cuajada. Y le digo: “Yo no puedo tomar leche y la comida está totalmente fría” Sin decir palabra, se marcha”.
Como, según denuncia, los timbres de emergencia no funcionan “llamé varias veces por teléfono. Tampoco me cogían el teléfono. Salgo al pasillo y le digo a las chicas: “No me cogen el teléfono, he llamado varias veces. Hacedme el favor de acercaros a la puerta y decirles que quiero hablar con la coordinadora o con el director. Viene el director con dos manzanas, y le digo: Mira cómo está la comida, totalmente fría, así no me la puedo comer. Se lleva la comida y el rato viene un auxiliar con la comida caliente. El trato que han tenido conmigo este mediodía, desde mi punto de vista, es inhumano. Estoy todo el día sin calefacción y esta noche hace frío. He tenido que pedir una manta más”.